FRIALDAD MORAL
La borrasca Filomena ha sumido al país en un marco de frío y nieve que ha convulsionado la vida de muchas personas; y no ha habido más remedio que guarecerse de sus consecuencias...
El hecho está ahí, y por el buen acierto de leer los signos de los tiempos, bueno será preguntarse qué nos querrá comunicar también esta ola gélida que nos envuelve.
¿Será, tal vez, una invitación a pensar en la frialdad moral en la que está inmersa hoy nuestra sociedad?
Una frialdad moral que es sinónimo de indiferencia de unos hacia otros y, sobre todo, de falta de reacción frente al mal que a otros aqueja.
Frialdad moral es, por ejemplo:
– endurecer nuestro corazón y apagar el afecto
– no interesarse por el que sufre
– menospreciar a los demás por sus debilidades
– no adivinar y enaltecer la belleza ajena
– no ejercer la empatía
– actuar con falsa conciencia de estar solos en el mundo...
¿No son éstas, y otras, algunas de las actitudes que observamos hoy a nuestro alrededor?
Preservémonos, pues, de la frialdad climática, pero trabajemos también para obviar la frialdad moral. Nos jugamos la posibilidad de crecer como personas...
Luther King tenía razón: Me preocupa mucho más la indiferencia de los que se creen y dicen buenos que la perversidad de los malvados...
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