Navidad
2022
¡Con qué facilidad pervertimos, cambiamos, o vaciamos de
contenido los nombres de las cosas!
Proclamamos estos días a los cuatro vientos que celebramos
un nacimiento, que es promesa de vida, y continuamos anclados en una sociedad donde
privan los signos de muerte y destrucción...
En las propias canciones y relatos de estos días, curiosamente,
observamos un pequeño panorama de situaciones sociales negativas que seguimos
sin solucionar.
A los pobres peces de los ríos y los mares, les obligamos a
beber, por ejemplo, agua contaminada con sabor a plástico y cadáveres...
Miles y miles de mujeres embarazadas siguen sin ser
atendidas debidamente en el momento de dar a luz y no tienen ni siquiera una
cueva donde albergarse...
Unos pastores velan de noche sus rebaños, y hoy sigue en
estado precario y explotado el mundo de la ganadería y la agricultura...
Y si una pareja tuvo que hacer un largo viaje para censarse,
hoy son millones los seres humanos que han de emigrar de sus lugares de origen para poder encontrar condiciones
dignas de vida...
La lista podría alargarse indefinidamente...
Y este
humilde puntillero no osa, siquiera, desear a todos sus lectores una feliz
Navidad, porque es muy consciente de que para millones de personas estas
palabras son un humillante deseo...
Prefiero, entonces, decir, simplemente, que uno mis fuerzas
a otros muchos para que, de verdad, en Navidad y cada día, los signos de vida
sigan triunfando sobre los signos de muerte.
Un abrazo.
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