Fantasías
veraniegas...
Soñó que le otorgaban mucho poder, pero
se despertó y comprobó que le seguían considerando, y era, en realidad, un
don nadie…
El
verano es un tiempo propicio para sueños y fantasías. El calor calienta las
neuronas y somos más propensos a perder el sentido de la realidad…
Vale la pena, por lo tanto, prevenirnos
contra los autoengaños.
Soñar con realidades mágicas puede ser
tarea apetecible, pero la realidad se impone implacablemente y, si no van
acompañados de cambios y esfuerzos, los sueños, sueños son…
El
sentido común, del cual siempre se ha afirmado que es el menos común de los
sentidos, se impone y es quien ha de tener la tarea de frenar fantasías
surgidas al margen de la realidad.
Es verdad que no falta quien afirme que
los mayores tesoros de una persona son sus fantasías, pero este tesoro parece
que no cotiza en bolsa, es decir, que no es rentable…
Distorsionar la realidad con nuestros
sueños y ambiciones, no la cambia, porque la realidad solamente se transforma y
se cambia con trabajo y esfuerzo.
Pasará el verano y volveremos de nuevo
a la cotidianeidad de ser quienes somos y no necesariamente a la irrealidad y
fantasía de quienes queremos ser, a no ser que el verano haya sido muy bien
aprovechado también para recobrar horizontes de paz y esperanza, desde los
cuales las cosas se ven, sin duda, con más realidad y criterio…
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