Frustrados y resignados...
Siempre
se ha dicho que para escribir con ecuanimidad hay que hacerlo desde posturas
desapasionadas, que no es lo mismo que hacerlo desde el conformismo…
Escribo
hoy esto porque la Puntilla de esta semana surge a partir de haber padecido un
retraso de una hora y media en el trayecto de un tren…
Y esta
situación me lleva, de entrada, a preguntarme: ¿Cuántos servicios públicos han
estropeado estos días las merecidas vacaciones de muchos ciudadanos?; y seguro
que serían muchas las personas que podrían explicarnos sus frustraciones…
Da la
sensación una vez más, –y veces más que una simple sensación– de que hoy hay un
especial interés, por parte de los servicios públicos, y no precisamente
gratuitos, en mantener cabreado y frustrado al personal, porque, en definitiva,
ya se sabe que en nuestro país somos muy fieles al enojo y a la protesta, pero
que predomina el perro ladrador, pero poco mordedor…
La anecdótica y relevante situación de acudir uno a una
estación para subir a un tren cuyo billete ha pagado debidamente, y no
precisamente barato, y que le anuncien, sin explicaciones, que llegará con una
hora y treinta y tres minutos de retraso, le convierte en observador de cómo
reacciona el personal brutalmente defraudado… Y en esta observación se percibe
de todo: silencio resignado, gritos estentóreos a quien no corresponde,
malhumor manifiesto, etc.; pero ¿habrá alguien que proponga y lidere acciones
para pedir responsabilidades?...
¡Viva
la sumisión resignada al poder!... Este es el nuevo orden mundial…
No hay comentarios:
Publicar un comentario