Pedir
responsabilidades
Los desastres causados por el temporal
Dana en diversas localidades valencianas han sido, sin duda, la noticia de la
semana, y merecen una ponderada consideración.
Y, ante todo, la expresión de nuestra solidaridad
y cercanía para todas las personas que han padecido la desgracia y, sobre todo,
para las que han perdido seres queridos…
Pero más allá de ansiedades y
reacciones emocionales, se impone una reflexión crítica y serena de lo
sucedido.
La resiliencia – esa palabra nueva con
la que se quiere expresar la capacidad de adaptación de una persona frente a
una situación adversa– no resulta fácil, ni se consigue fácilmente…
A mí me asustan, a veces, por ejemplo, esos
jóvenes que alardean con expresiones como “tranquilo,
todo está controlado” … Hay demasiadas cosas que
necesitan un riguroso control para que no se desborden, y no siempre se acierta…
La catástrofe valenciana, en
definitiva, tiene responsables concretos, y alarma comprobar cómo son diversos
los estamentos y dirigentes políticos que pretenden desentenderse de
culpabilidades…
La gran mujer que fue Concepción Arenal
– una de las pioneras del feminismo en España– afirmaba rotundamente que cuando
se pretende que la culpa sea de todos es que se desea que la culpa no sea de
nadie…Y mucho de esto está pasando con la catástrofe
que se ha vivido esta semana…
Asúmanse, por lo tanto,
responsabilidades, efectúense acciones para reparar la desgracia y elabórense
medidas para que no vuelve a suceder…
El suceso lo merece.
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