DIÁLOGO
He oído, en los últimos tiempos, tantas veces la palabra diálogo que he decidido ponerme a reflexionar sobre este concepto.
Porque lo primero que acude a mi mente cuando alguien habla de diálogo es pensar si quien pronuncia esta palabra tiene en cuenta la rotunda afirmación de Bauman cuando indicaba que el diálogo real no es hablar con quien piensa lo mismo que tú...
Y es que en mi ya amplia experiencia profesional recuerdo que recibí en su día importantes varapalos por precisar que los caminos de un auténtico diálogo pasan, entre otras, por cinco afirmaciones que reproduzco por su plena actualidad:
1. Mitificar las cosas, dogmatizar y operar con afirmaciones-fantasma es una triste manera de monólogo intolerante...
2. El verdadero diálogo es un riesgo, pero está claro que el valor de una actitud se mide por el riesgo que comporta...
3.Cerrar los ojos ante un conflicto no es una solución humana, sino una solución propia del avestruz...
4. Un diálogo ha de ser constructivo. Las personas valen verdaderamente por lo que construyen, no por lo que derriban...
5. Dialogar en un lenguaje ininteligible supone renunciar a la esencia misma del diálogo.
A la luz de estas y otras posibles reflexiones es un sabio consejo verificar que si del diálogo, que debiera ser un suave minueto que colaborara a la paz del espíritu no pretendemos hacer simplemente una música de aullidos...
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