ÉTICA
El
6 de junio de 1996, o sea hace exactamente 25 años, moría el filósofo, poeta y
activista social José María Valverde, y
hoy quiero hablar de él porque creo que es una figura de la que todavía hay
mucho que aprender.
Catedrático
de Estética en Barcelona, el año 1964, en solidaridad con los catedráticos de
Madrid Tierno Galván, Aranguren y García Calvo expulsados de sus cátedras, se
solidarizó con ellos, renunció a su cátedra y se exilió a Canadá y Estados
Unidos. Y el motivo de aquella solidaridad la expresó con una frase que le hizo
famoso: Nulla estética sine ética, ergo apaga
y vámonos..., es decir, no hay
estética sin ética, luego... El no podía enseñar Estética en un país cuya
ética política dejaba mucho que desear...
Pero
en 1976 el gobierno de Suárez (UCD) posibilitó que Valverde volviera a su
Cátedra de Barcelona, y los estudiantes que asistían a sus clases veían cómo
cada mañana Valverde, antes de empezar la sesión, escribía en la pizarra su pensamiento
central: no hay estética sin ética...
Podría
seguir escribiendo mucho más sobre el compromiso social, político, cristiano y
antifranquista de Valverde, asi como de su magnífica poesía, pero ahora prefiero
incidir en su referencia básica, ya que la considero de vivísima actualidad.
Hoy
se observa en nuestra sociedad una excesiva preocupación por la estética, en
todos los sentidos: la imagen, la apariencia, el cultivo del cuerpo etc. pero
¿cómo andamos de ética?
La
frase de Valverde es implacable. Por muchos esfuerzos que se realicen para
mejorar las formas, si el fondo está vacío, la sociedad se va poblando cada vez
más de seres cuya ética deja mucho que desear...
La
juventud, sobre todo, tiene la palabra. La verdadera belleza es la que se
cultiva en el interior, no en el exterior. Oler bien y mostrar una apariencia
brillante puede ocultar un interior lleno de miseria y de...(pongan
ustedes la palabra...)
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