Servir
Hoy en todas las Iglesias cristianas se
oirán unas palabras que muestran uno de los valores humanos más apreciados.
Jesús de Nazaret proclama: no he venido a
ser servido, sino a servir...
El servicio no es servidumbre. El
servicio surge desde la libertad. El servicio es una opción de vida.
Y si propongo hoy este tema es porque
somos muchos los que creemos que vivimos en la actualidad en una sociedad donde
prevalece cada vez más el individualismo, y por eso es muy importante
reivindicar la actitud de servicio como uno de los caminos más revolucionarios que
existen.
Se atribuye a Rabindranath Tagore, y
también a otras personas, la conocida frase de Quien no vive para servir, no sirve para vivir… y si es acertada esta
intuición tendremos que deducir que hoy estamos rodeados de muertos vivientes…
Habrá que seguir insistiendo, pues, por
ejemplo, en que los políticos pongan sus liderazgos al servicio de los más
débiles y necesitados, y no al servicio de sus propios intereses.
Habrá que pedir asimismo a los
intelectuales que pongan sus conocimientos al servicio de la cultura para todos,
y no para unos pocos selectos con dinero.
Como habrá que instar también a los
padres para que eduquen a sus hijos en la felicidad de quien comparte y no en
el egoísmo de quien acapara…
Cité en otra ocasión una espléndida
frase de García Márquez cuando afirmaba que nunca
es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita avanzar…
La utopía en la práctica del servicio es posible,
y hoy, afortunadamente, creo son cada vez más las personas que, en el silencio,
pero desde la eficacia, entienden que el espíritu de servicio ennoblece su
trayectoria vital.
Crezcamos, pues, en servicio
desinteresado a los demás.
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